El 23 de noviembre de
1963, hace casi 50 años, la cadena inglesa BBC estrenó el primer
capítulo de una serie llamada a convertirse en todo un hito en la
historia de la televisión: “Doctor Who”. “An Unearthly Child”,
primer capítulo de un arco argumental formado por cuatro episodios,
supuso la presentación de esta serie, una de las pioneras dentro del
ámbito de la ciencia ficción televisiva. Puesto que “Doctor Who”
ha sido un fenómeno circunscrito durante largo tiempo al territorio
británico, para muchos puede resultar difícil hacerse una idea de
la trascendencia de estos capítulos germinales. Sin embargo, fueron
estos episodios los que cimentaron las bases de una serie que ya está
a punto de alcanzar su quinta década de historia, un logro que
evidentemente no está al alcance de cualquier producción. “Doctor
Who” es una serie que no sólo ha sabido reinventarse a sí misma
para adaptarse al devenir de los tiempos, sino que también ha
conseguido aglutinar delante de la pantalla a generaciones enteras de
espectadores en el Reino Unido. Se podría decir que es una parte
importante de la moderna cultura audiovisual británica y sólo
recientemente ha empezado a llamar la atención del público de otros
países (aunque por desgracia sigue siendo bastante minoritaria en
España).
“An Unearthly Child”
nos presenta a Susan Foreman, una atípica estudiante de 16 años de un instituto inglés situado en 1963. Si bien en algunas ocasiones la
joven parece superar el conocimiento de sus profesores, sobre todo en
materias como ciencia o historia, en otras parece carecer de la
formación más básica; aquella que está al alcance de cualquier
otra chica normal de su edad. Ian Chesterton y Barbara Wright, sus
suspicaces profesores, han reparado en esta circunstancia y se han
propuesto averiguar algo más sobre la misteriosa chica. Para ello,
deciden seguirla hasta su casa al terminar las clases, descubriendo
para su sorpresa que Susan se interna en un depósito de chatarra en
cuyo interior se encuentra una vieja cabina de policía similar a las
que antaño fueran populares en las calles británicas. En su
búsqueda de la chica los dos profesores se cruzan con su abuelo, un
extraño individuo conocido únicamente como “El Doctor”. Al escuchar la voz de Susan desde su interior, Ian y Barbara entran en la cabina y descubren no sólo que es más
grande por dentro que por fuera, sino que se trata de una nave capaz
de viajar por el espacio y el tiempo: la TARDIS (acrónimo de “Time
And Relative Dimension In Space”). El extravagante Doctor y su
nieta son en realidad viajeros temporales que parecen proceder de una
civilización mucho más avanzada que la humana. Disgustado por la
intrusión de los docentes y por el hecho de que su secreto ha sido
descubierto, el Doctor pone entonces en marcha la TARDIS y traslada a
todos los presentes hasta el pasado remoto, concretamente hasta los
albores de la humanidad.
Superada la incredulidad
inicial, Ian y Barbara tendrán que asumir que se han convertido en
involuntarios acompañantes del Doctor y su nieta en sus viajes.
Durante su primera aventura, narrada en este serial en cuatro partes,
descubrirán los peligros del viaje en el tiempo al ser secuestrados
por una tribu de hombres primitivos obsesionados con la obtención de
fuego para protegerse del frío y de los depredadores. La ingenua
imagen que se ofrece de estos hombres prehistóricos, que obedece al conocido
e ingenuo estereotipo del cavernícola vestido con pieles,
contrasta con la crudeza de sus comportamientos, pues son competitivos,
supersticiosos y muy violentos. El Doctor y sus acompañantes pasan
serios apuros durante su primer viaje, que dista mucho de ser una
alegre excursión por el campo. Se establece así el principal gancho
de la serie: viajar por el tiempo siempre es algo peligroso... y
excitante.
Pasado el primer capítulo
del serial, cuyo claro objetivo es servir de introducción, el
enfoque de la historia pasa a centrarse en las vicisitudes de los
personajes durante su incursión en la era prehistórica, dejando innumerables
preguntas en el aire (preguntas cuyas respuestas se conocerán con el
transcurrir de la serie, convirtiéndose a la larga en las señas de
identidad de la misma): ¿De dónde provienen Susan y el Doctor? ¿Por
qué la TARDIS tiene forma de cabina de policía? ¿Cómo son capaces
de comunicarse con los nativos? Pero una pregunta destaca por encima
de las demás: ¿Quién es el Doctor? (como indica el título de la
serie: “Doctor Who?”). Casi 50 años después de “An Unearthly
Child”, aún nos queda mucho por descubrir de esa pregunta.
Una serie que tengo pendiente.
ResponderEliminarSe agradece la reseña para recordar tamaña serie.